Homenaje a Jesús Poveda

viernes, 31 de agosto de 2012

Dos sonetos y unas letrillas a Miguel Hernández


Portada de la revista "Batarro", número 8-9-10, enero-diciembre 1992. Número especial conmemorativo de los cincuenta años de la muerte de Miguel Hernández (1942-1992). Dirigida por José Antonio Sáez. Jesús Poveda fue invitado a participar con varios autores.


DOS SONETOS Y UNAS LETRILLAS

I

Yo sólo sé que es el mar o los cielos,
acaso unas montanas o unos valles,
acaso una paloma retenida,
yo sólo sé que me imponen tu ausencia.

Yo sólo se que es el mar y me avengo
a todo si floreces un mañana,
si ese mar te me devuelve a este tierra,
si las montañas o el sol te devuelven.

Yo sólo sé qué tremebundas quejas,
qué alboroto el del aire que respiro,
cuánta techumbre, cuánta, cuánto cielo,

cuánta visión callada cada día,
acaso una paloma retenida,
acaso tú, tú misma, nadie más.


II

En este mismo instante he despertado,
y tú, esposa, prendida a mi cariño.
No puede el corazón del hombre niño
ladearse de ti ni de tu lado.

Me tiene tu recuerdo desvelado
y a él le traigo tu voz y el alma ciño.
Pero tanto a tu luz me voy o apiño,
que temo fallecer de enamorado.

Fíjate en la paloma mensajera
que alrededor de tu cuello y el mío
va buscando el arrullo de una era...

Dale tú esa arrogancia o señorío
como la golondrina en primavera,
dale tú, Josefina, poderío.


1
Con tu voz y tu risa
tengo aquí tu recuerdo
de noche y día.
Ángel de nube:
¡ay, tu voz y tu risa
qué bien se lucen!

2

Tiene mi niña un niño
o niña en cuentas.
¡Ay, qué lejos los montes
llevan la brisa!

3

Como el chopo en la noche
tengo tu acento.
¡Cuánta luz en mi alma
me enciende el pecho!

4
Si con mi aliento fuera
a donde quiero,
¡ay, cómo vuela el aire
tras de mi aliento!


Inéditos del libro "La ausencia inolvidada" Poemas de un exilio: 1939-1975.



Nota de Jesús Poveda: El poeta y su voz de ahora.

Estos "inéditos" corresponden a un tiempo mío (1939), recién salido Je .w campo de concentración en la Francia que celebra cada año el I I de Julio. Es decir, que esta vieja historia ya está desfasada, tanto en lo pt'Utico com en lo literario, y lo que es en la Poesía, ni se diga Tiempo aquél para los poetas que no se chupaban el dedo, ni alcanzaban premios .le más de c r..:o mil pesetillas, eso sí, de plata pura.

Yo me aficioné a ser poeta (gracias le doy al Cielo) por mí gran amistad con mi gran poeta de España y de mi pueblo Je Orihuela, un simple y humilde cabrero de la Calle Arriba, Miguelillo el Vicenierre (Miguel Hernández), noble y puro de alma, que estará en la Gloria, como lo estú siempre vive en mi recuerdo.


Torrevieja, junio-199



(Archivo de Gaspar Peral Baeza)

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