Primeros meses de la Guerra Civil en Alicante
Como Valencia no se sublevó, Alicante tampoco
Las pasiones políticas, el genio literario, la vitalidad cultural, el idealismo individual, la generosidad de todas las clases españolas estaban en pleno apogeo en el año 1935.
(Gabriel Jackson: «La República española y la guerra civil», 1976)
Estamos de acuerdo con una Ley de Memoria Histórica en España, ahora convertida en Ley de Memoria Democrática partidista (ambas leyes saltaron por encima de la Ley 46/77 de Amnistía, durante la Transición), que investigue y esclarezca todo lo que sucedió, tanto en un bando como del otro, donde las chekas, los paseos, las sacas de presos o como los fusilamientos de Paracuellos del Jarama (entre ellos el de Pedro Muñoz Seca) que estaban a la orden del día en zona republicana. Nos preguntamos, sin embargo: ¿cuál ha sido el interés de estas dos leyes de Memoria, sino la de echar más leña el fuego de la memoria colectiva? No ha sido para esclarecer toda la verdad de quiénes fueron los autores intelectuales, cuando, hoy, en 2024 a la gente joven le importa un bledo lo que sucedió en nuestra Guerra Civil hace 88 años. O leyes dictadas por los que perdieron la guerra (toda la izquierda) amparan ahora derribar las cruces de los «Todos los Caídos» incluida la del Valle de los Caídos en Cuelgamuros, como si la memoria del periodo franquista o de Azaña se pudiera borrarse de nuestra Historia, es decir, como si nunca hubiera sucedido...
No hay comentarios:
Publicar un comentario